Fumaria officinalis, comúnmente llamada palomilla o sangre de Cristo —entre otros muchos nombres—, es una especie de planta herbácea anual del género Fumaria en la familia Papaveraceae, nativa de Europa.
Etimología
El término «Fumaria» deriva del latín fumus (humo) posiblemente y según dijo Plinio el Viejo, debido a que su zumo provoca un intenso lagrimeo, como si se tratara de humo, así como por su olor, que también se le parece. Los antiguos exorcistas, creían que si se quemaba esta planta, su humo ahuyentaban los malos espíritus; existe, además, la leyenda de que la planta no se originaba de sus semillas, sino del humo que emanaba del interior de la tierra.
Descripción
Es una hierba glabra, de tallo erecto y bien ramificado, bastante difusa que alcanza los 50 cm de altura. Presenta hojas pinnaticompuestas, alternas, con los últimos folíolos casi lineares. A comienzos de primavera forma inflorescencias en racimos terminales de entre 10 a 25 flores zigomorfas, de hasta 9 mm de longitud cada uno. Las flores tienen el cáliz formado por dos sépalos pequeños, de color blanquecino, ovados, con el borde dentado, más angostos que la corola, de color rosado, la cual está compuesta por cuatro pétalos unidos en el ápice pero libres, de los cuales el superior se prolonga en un espolón. El androceo es diadelfo, es decir, con 6 estambres fusionados por sus filamentos en dos grupos, que parecen cada uno de ellos dividido en 3 anteras. El gineceo muestra dos carpelos, con el ovario súpero. El fruto es un pequeño aquenio globoso estriado/rugoso, más o menos truncado.